En las patas del saltamontes, hay una membrana altamente sensible al sonido que le ayuda a capturar las vibraciones sonoras más finas y, por lo tanto, a determinar la dirección del movimiento.
A nivel humano, esta cualidad se puede comparar con la intuición. Guiados por nuestra verdadera naturaleza, podemos, como un saltamontes, saltar del reino de la conciencia mental a la conciencia superior del corazón, desplegándonos de lo externo a lo interno. Es un camino de progreso. Cuando el espíritu humano se libera del poder de la mente, comienza la verdadera aventura y se desarrollan los milagros de la vida……